Primero hay que adaptar la web incorporando las herramientas de medición que permitirán recopilar toda la información de navegación de los usuarios cada vez que la visiten.
En segundo lugar hay que definir los objetivos a conseguir con la web y establecer las métricas de lo que debemos medir para considerar su logro.
A partir de ahí, el trabajo consiste en realizar periódicamente informes recopilatorios con la información suministrada por las herramientas de medición y analizar los datos obtenidos con el propósito de determinar si estamos alcanzando o no los objetivos marcados, diagnosticar lo que está ocurriendo, y valorar que optimización o cambios se deberían realizar.